A nivel general, el año vitícola 2023, se caracteriza por ser un año extremadamente seco, sobre todo en la zona mediterránea, donde los niveles de pluviometría han sido muy bajos para un adecuado desarrollo de la vid.
Concretamente, hay muchas zonas vitivinícolas donde no se han superado los 100 mm de precipitación. Como resultado, se estima una disminución de la producción de uva en torno al 40-60% respecto al año pasado.
Teniendo en cuenta este escenario, en el presente post se pretenden analizar los siguientes puntos que se relacionan con la presente campaña:
- Baja producción de uva.
- Avance de la vendimia.
- Maduraciones heterogéneas.
- Altos niveles de pH y bajas acideces.
- Lluvias y/o granizadas en la etapa de maduración de la uva.
Baja producción de uva
A nivel de viticultura, la cosecha de 2023 ha sido difícil debido a la sequía. Ya en floración, el vigor de la planta fue bajo, en algunos casos, con brotes en torno a 30-50 cm. Los brotes afortunados, con mayor desarrollo en aquellos momentos, permitieron un buen cuajado y obtención de las uvas.
A pesar de ello, las escasas reservas hídricas, han propiciado una disminución significativa de la cosecha de uva.
Avance de la vendimia
Tras el análisis de las temperaturas anuales, uno de los aspectos más significativos de esta campaña, en la zona mediterránea, fue la ola de calor en plena maduración de la uva, con temperaturas superiores a los 40 ºC.
Como consecuencia de ello, por un lado, se disparó el grado alcohólico probable, y, por otro lado, muchas bayas se deshidrataron mermando su peso.
Maduraciones heterogéneas
El adelantamiento de la vendimia ha propiciado un desajuste entre la maduración alcohólica y fenólica de las uvas. En muchas entradas de vendimia, nos encontramos delante de uvas con taninos verdes y/o astringentes. Para evitar la extracción de estos taninos, se recomiendan maceraciones cortas (sobre todo en vinos tintos).
Altos niveles de pH y bajas acideces
Además del desajuste en maduración, parámetros como el pH y la acidez de las uvas también se han visto afectados. Los niveles de pH de las uvas son elevados, con bajos valores de acidez total. Esto conlleva un mayor riesgo microbiológico y oxidativo reduciendo la vida útil del vino.
Lluvias y/o granizadas en maduración
Para terminar el año vitícola, también se han visto episodios de lluvias excesivas y/o granizadas en plena maduración de la uva, tanto en la zona central como atlántica, influyendo en su calidad y/o equilibrio madurativo. Muchos granos se han roto siendo una vía de entrada de hongos como la botrytis. En definitiva, teniendo en cuenta estos aspectos, será imprescindible trazar una correcta estrategia de vinificación para conseguir los vinos deseados.
