La sequía está siendo una de las consecuencias negativas del clima para este año. En muchas zonas vitivinícolas, las reservas hídricas son escasas. Como consecuencia de ello, el desarrollo vegetativo de la vid se ha visto afectado.
En muchos casos, el vigor de la vid es reducido. Se observan pámpanos parados en un momento delicado, los cuales, tendrían que estar en crecimiento.
¿Qué problemáticas existen?
- Dificultades de la planta para llevar a cabo la floración y cuajado.
- Desvigorización de las cepas.
- Efectos negativos en la vida de los cultivos.
Es por ello, que en el presente post se proponen distintas estrategias vitícolas para combatir la sequía de este año.
Estrategias para combatir los efectos de la sequía
Como ya adelantábamos, la sequía es una de las principales amenazas para la viticultura, ya que afecta significativamente a la disponibilidad de agua y, por tanto, al desarrollo de las vides. Ante esta situación, es crucial implementar estrategias que permitan mitigar sus efectos y asegurar la sostenibilidad de los viñedos.
A continuación, se presentan dos enfoques clave que pueden ayudar a enfrentar los desafíos que impone la sequía. Estas prácticas no solo contribuirán a mantener el equilibrio vegetativo y productivo de las plantas, sino que también promoverán su vigor y resistencia a las condiciones adversas para combatir los efectos de la sequía.
Gestión de la vegetación: Poda en verde
Para este año, la poda en verde es imprescindible. Es necesario eliminar chupones, pámpanos innecesarios y esperones de la zona de los racimos, con el objetivo de disponer de plantas equilibradas tanto a nivel vegetativo como productivo.
Además, el trabajo de poda en verde facilitará la posterior poda de invierno, reduciendo el número de cortes y alargando la vida de las cepas.
Bioestimulación a través de aminoácidos de levadura
Tal y como se ha comentado anteriormente, en la presente campaña, el vigor de la vid es reducido afectando la sostenibilidad de los viñedos. Es por ello, que se propone la bioestimulación a través de aminoácidos de levadura en distintos momentos del ciclo fenológico como: pre-floración, floración y cuajado.
La solución Biostimol, en base aminoácidos de levadura, permite estimular el crecimiento vegetativo de los viñedos.
Puede aplicarse tanto a nivel foliar (1-2 L/Ha) como a través del riego (8 L/Ha). Además, puede combinarse con azufre mojable para el control del oídio.
En resumen, la sequía representa un desafío significativo para la viticultura, pero con la implementación de estrategias adecuadas, es posible mitigar sus impactos. La gestión de la vegetación mediante la poda en verde y la bioestimulación con aminoácidos de levadura se han mostrado efectivas para combatir los efectos de la sequía, favoreciendo el crecimiento equilibrado y sostenible de las vides. Adoptar estas prácticas no solo ayuda a enfrentar las condiciones actuales, sino que también fortalece la resiliencia de los viñedos ante futuros episodios de sequía, asegurando así la calidad y productividad de las cosechas.